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Cuando se produce una ruptura, son muchas las cosas que se tienen que resolver y que normalmente constituyen el núcleo de los conflictos que surgen, como el uso de la vivienda, el reparto de los bienes que se han adquirido en común, la custodia de los hijos o el establecimiento y cuantía de la pensión de alimentos o, en su caso, de una pensión compensatoria, entre otras muchas cuestiones. Sin embargo, también puede haber otra cuestión que tenga que plantearse tras una ruptura: ¿Qué hacemos con el perro?

custodia perro

(Imagen: Tony Alter)

Este tipo de conflictos, hoy en día han pasado a ser bastante habituales y existen resoluciones que ponen soluciones muy dispares. Sin embargo, hoy traemos esta cuestión a la vista de una sentencia que ha saltado a los medios en las últimas semanas y que ha sido dictada por un Juzgado de Valladolid.

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Custodia compartida también para los perros

En esta sentencia, la batalla que mantenían los miembros de una pareja por ser tenidos como los dueños de “Cachas”, el perro de la raza West Highland Terrier que adquirieron mientras convivían, se zanja estableciendo una custodia compartida en la que este can tendrá que convivir con cada uno de sus dueños por periodos de seis meses.

Puede parecer algo sorprendente la solución dada en esta resolución de la que os hablamos hoy, pero el aspecto más innovador radica en que esta decisión se aparta de la concepción tradicional que da nuestro Código Civil a los animales de compañía y no trata a Cachas como a un bien mueble, sino como a un ser dotado de sensibilidad, adelantándose así a una modificación de la Ley que aún está en tramitación y que pretende tratar legalmente a los animales como “seres sensibles” por mandato de la Unión Europea.

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Aplicación analógica de la normativa de Derecho de Familia

De esta forma, esta sentencia no asimila la cuestión a una discusión sobre la propiedad o la copropiedad del animal, sino que lo asimila a la resolución de los conflictos matrimoniales o de pareja. Es por eso que, dado que entiende que ambos son dueños de Cachas, establece una posesión compartida del animal por periodos semestrales y con la obligación de hacer frente a los gastos extraordinarios que se generen al cincuenta por ciento.